#1 Un mirador con vistas al asfalto (Valencia)
Se supone que los miradores deben proporcionar vistas bonitas, pero como dice el refrán en todo rebaño siempre hay una oveja negra. Es el caso de la Torre Miramar en Valencia cuyas vistas al asfalto y al ladrillo son únicas. Por suerte, no son muchas las personas que han disfrutado de este placer (nótese la ironía), ya que desde su inauguración en 2009, sólo ha estado en funcionamiento 3 meses. La torre fue creada por el gobierno estatal, que pagó 24 millones de euros, pero ahora el Ayuntamiento de Valencia se niega a recepcionarla porque dice que tiene deficiencias, entre ellas un ascensor que lleva 4 años estropeado. Mientras ellos se ponen de acuerdo nosotros pagamos el pato.
#2 El Obelisco giratorio que nunca gira (Madrid)
¿Te imaginas que te gastas 14 millones de euros en una escultura giratoria hecha por el arquitecto Santiago Calatrava y que tan sólo 3 meses después de su inauguración no funcione?
Pues no te lo imagines porque el caso es real. Se trata del obelisco
que está situado en la Plaza Castilla y que Caja Madrid regaló al
Ayuntamiento con motivo del 300 aniversario de la entidad.
El Consistorio es incapaz de hacer frente a los 300.000 euros anuales que
conlleva el mantenimiento de la escultura, y por eso el Obelisco que, en
teoría debe girar con un movimiento helicoidal, ya no lo hace.
#3 Un bosque de acero sin vida (Cuenca)
Los arquitectos tienen en su mano el poder de crear estructuras
increíbles, pero cuando las paga el pueblo, los Ayuntamientos deberían
prever su funcionalidad. Como prueba el caso de 'El Bosque de Acero' de
Cuenca, ideado el estudio Moneo Brock y que pese a la espectacularidad de su forma no se utiliza. El edificio, que mide 1.800 m², costó 7,7 millones
de euros y desde que se inaugurara en 2010 sólo se ha utilizado en
contadas ocasiones. El Ayuntamiento no le encuentra utilidad, ni aún
haciendo un concurso de ideas. En la actualidad está en situación de
abandono.
#4 La pasarela de la Fórmula 1 que se utilizó 15 días (Valencia)
15 días. Éste es el tiempo exacto en el que la pasarela de la Fórmula 1
de Valencia estuvo abierta al público. La estructura, conocida como Cuc de Llum,
se construyó para dar acceso al recinto automovilístico desde la zona
de Nazaret. La empresa gestora del circuito y el Consell acordaron que
la pasarela sólo se pudiera utilizar durante los días de competición, lo
que se tradujo en 3 días al año. Si se tiene en cuenta que la
competición se celebró durante 5 años, nos sale que la pasarela sólo se
utilizó 15 días. Desde que el circuito cerrara sus
puertas, la infraestructura se ha ido degradando y ahora ni el
Ayuntamiento ni el Consell asumen su gestión. La pasarela del olvido
costó 2 millones de euros.
#5 Un circo al que le crecen los enanos (Alcorcón)
Estaba pensado para que fuera el Guggenheim de Alcorcón pero no llegó a convertirse ni en el museo de la salchicha. El Centro de Creación de las Artes en Alcorcón (CREAA) es en la actualidad un cadáver arquitectónico
de 66.000 m² que está desangelado porque el Consistorio no puede hacer
frente a los 40 millones que faltan para acabar las obras (llevan
pagados 150 millones). De entre los 9 edificios que forman parte del
complejo destaca un moderno circo con capacidad para 600 personas. Si ya
es osado construir un circo 'estable' en pleno siglo XXI ni que decir
ya cuando después de hacerlo se cierra fulminantemente la escuela municipal de circo.
#6 Un acuario sin un sólo pez (Cádiz)
Se esperaba la visita de cerca de 200.000 visitantes al año pero ni uno ha puesto un pie en el Parque de la Historia y el Mar de San Fernando.
Y lo que es más triste, ni un sólo pez ha nadado en este acuario de
27.000 m² que está levantado en suelo de dominio público marítimo
terrestre. Desde que acabara de construirse en 2007 ninguna empresa
quiere hacerse cargo de su gestión, e incluso el mismo alcalde de la
localidad ha confesado que se trata de todo un muerto,
arquitectónicamente hablando. La broma les ha costado 10 millones de euros.
#7 El spa más caro del mundo... vacío (Alicante)
Torrevieja puede presumir de tener el spa más caro del mundo. 1,5 millones costó levantar el Parque de Relajación,
un edificio con forma de caracola y diseñado por el arquitecto japonés
Toyo Ito. Ante tal despliegue económico uno se imaginaría un edificio
con piscinas rebosantes y chorros relajantes prácticamente de oro. Pero
nanai de la China. Lo que debiera ser un exquisito spa está totalmente vacío, no hay ni rastro de piscinas ni de agua. La Dirección General de Costas paralizó las obras de construcción por hacerlas en zona protegida.
#8 El Algarrobico, una mole en primera línea (Almería)
A la mayoría de los mortales nos encanta relajarnos en la playa y seguro
que más de uno se ha imaginado teniendo una casa en una cala de aguas
cristalinas en la que ver una bonita puesta de sol. Pero una cosa es eso
y la otra construir un hotel de 8.000 m² y 21 plantas a tan sólo 14 metros del mar y en pleno parque Cabo de Gata. La construcción del hotel el Algarrobico lleva años paralizada
a la espera de una respuesta judicial definitiva que diga qué hacer con
esta mole de hormigón que no cumple con la Ley de Costas. Se ha
convertido en el emblema del ladrillazo desmedido.
#9 Una pista de 'Ski en seco' para 100 vecinos (Valladolid)
¿Has oído hablar alguna vez del 'ski en seco'? Pues que sepas que en la
pedanía vallisoletana de Villavieja del Cerro se construyó una pionera
pista de 'ski en seco' por la que la Diputación de Valladolid pagó nada
más y nada menos que 12 millones de euros. La pista
debía atraer a 40.000 personas cada año y poner a Villavieja del Cerro
en el mapa. Aunque no ha conseguido su primer objetivo, sí ha triunfado
en el segundo, ya que pasará a la historia como ejemplo de despilfarro
de dinero público. La estación se construyó sobre un monte quemado,
algo totalmente ilegal, por lo que el Tribunal Constitucional paralizó
las obras.
#10 El aeropuerto fantasma (Castellón)
Y no podíamos acabar este post sin mencionar el aeropuerto de Castellón,
emblema durante años de la pésima planificación y el derroche
desmedido. Con una inversión de 160 millones de euros estuvo durante 4 años sin recibir ni un sólo avión,
mientras el polvo invadía la torre de control. Pero cual ave fénix, el
aeropuerto ha renacido, o al menos es lo que prometen sus gestores. El
pasado 14 de enero recibió su primer vuelo, el de los jugadores de
fútbol del Villarreal y cuenta desde el 22 de enero con un puesto
fronterizo que le permitirá recibir vuelos internacionales. Si el
aeropuerto de Castellón se ha reinventado, tal vez haya esperanza para el resto de edificios.
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